Australia en rojo: 150 incendios, 64 de ellos siguen fuera de control
Un descenso en las temperaturas y vientos más tranquilos dieron algo de alivio el domingo a localidades de Australia azotadas por incendios forestales. Sin embargo, la presión permanecía sobre el primer ministro Scott Morrison por el manejo de la crisis.
“Se ha repartido mucha culpa”, declaró Morrison en conferencia de prensa. “Y ahora es momento de enfocarnos en la respuesta que se está haciendo… La culpa no ayuda a nadie en estos momentos y analizar demasiado estas cosas no es un ejercicio productivo”.
Morrison anunció en la víspera que desplegaría tres mil elementos del ejército, marina y fuerza aérea para combatir las llamas. También prometió destinar 20 millones de dólares australianos (14 millones de dólares) para alquilar aviones extranjeros para combatir incendios.
Sin embargo, las acciones no disminuyeron las críticas que consideran que se tardó en actuar. Además, su gobierno ha minimizado las políticas en el tema de cambio climático, que los expertos señalaron que representó un papel fundamental en la sobrealimentación de las llamas.
El domingo emergió la imagen de un desastre a una escala sin precedentes. El Servicio Rural de Bomberos de Nueva Gales del Sur dijo que 150 incendios estaban activos en el estado, 64 de ellos fuera de control.
Los incendios forestales han arrasado con una zona del doble del tamaño del estado de Maryland, en Estados Unidos, extendiéndose hasta el cuadrante sureste de Australia, el más densamente poblado. Las llamas han provocado la muerte de por lo menos 24 personas, incluido un hombre de 47 años que falleció el sábado por la noche mientras trataba de evitar que la casa de un amigo se incendiara. Casi dos mil viviendas se han reducido a cenizas.
Tan sólo en Nueva Gales del Sur, los incendios han matado a casi 500 millones de aves, reptiles y mamíferos, dijo Chris Dickman, ecologista de la Universidad de Sydney al diario Sydney Morning Herald.
Los australianos saben que se registran incendios durante el verano. Pero las llamas se adelantaron, alimentadas por una seguía