#Michoacán

Politiqueros

por: Gerardo Moreno

Doña Política es dama antigua, de finos modales, digna y de buena crianza por lo que cortejarla no es tarea fácil ya que además de requerir de talento y de nobleza hay que echar mano de recomendaciones como las hechas por pensadores como Platón para lograrlo. Ella convence con argumentos y su arte consiste en gobernar Estados pero suele pasar que los remedos de líderes la confunden con Politiquería, su hermana bastarda.

Politiquería seduce por el puro relumbrón y hace soñar con mandar y dejar atrás humillaciones y pobrezas, se aprovecha de autoestimas lastimadas que tratan de paliar el dolor con dinero, lujos y un huesito. Sus pretendientes y amantes son conocidos como politiqueros y se rodean de personas cuyo principal don es el servilismo y no de pares que les propongan y que también les cuestionen. Los bolsillos del politiquero rebozan de rebanadas de un ficticio pastel llamado Poder y su precepto es el de aquel viejo cacique potosino que dice “La moral es un árbol que da moras”. Sus cercanos en campaña se mantienen de pie por la codicia, una vez que el jefe llegué al cargo dejará caer boronas de la mesa y pasaran de ser simples “cargamaletines” a flamantes dueños del portafolios. Barato y con lo que no es suyo es como compra lealtades el politiquero. Persuade al contrario al estilo Porfirio Díaz, “Ese gallo quiere maíz”, y así fue convencido, sin ideales solo saciando ambiciones personales. Da por cierto lo dicho por Carlos Hank González, “Un político pobre, es un pobre político” y buscan, como hacía Fidel Velázquez, no moverse para salir en la foto.

Es tiempo de que haya líderes diferentes, de los que estén cautivados por Doña Política y que desean conquistarla de verdad, de los que estén convencidos que no es pretender intercambios de favores ni de hacer negocios con el dinero público sino de buscar el bien de una sociedad para que esta avance y sus futuras generaciones tengan mejores y mayores oportunidades ¡Que se trata de servir y no de servirse!