La Policía Federal tuvo una “participación activa” y “sabían todo” lo que hacían estudiantes de Ayotzinapa en Iguala, mientras que el Ejército fue “cómplice” de la actuación de grupos criminales y la policía municipal, aseveró el sobreviviente de los ataques registrados la noche del 26 de septiembre de 2014, el ex normalista Omar García.

El joven validó la investigación de una periodista, sobre que la PF tuvo información anticipada del ataque contra los normalistas; además de que reconoció el reportaje del periodista de Proceso, Álvaro Delgado, sobre la participación directa de militares, presuntamente corrompidos por el cártel Guerreros Unidos.

García recordó lo que vivió en aquel momento, cuando acudieron al Hospital Cristina a pedir atención para uno de sus compañeros heridos y hasta ahí llegó un grupo del Ejército que primero los intimidó, les tomó fotografías, después les prometió ayuda y finalmente se retiró sin brindarles auxilio.

“En la clínica Cristina un militar nos dijo: dennos sus nombres reales porque si nos dan un nombre falso nunca los van a encontrar. Estas palabras empezaron a tomar sentido una semana después, cuando nos dimos cuenta que se trataba de una desaparición forzada”, expuso.

“En esa clínica nos interrogaron, nos quitaron la playera, los celulares, si entraba una llamada nos decían: contesta y di que estás bien. A (el normalista) Édgar, que estaba super herido le tomaron una fotografía muy cerca, y el militar dijo: es para que la ambulancia le vaya tanteando a lo que viene”, contó, pero nunca llegó la ayuda prometida.

“Nos dijeron: ya nos vamos pero ahorita les echamos a los (policías) municipales“, refirió.

“Al principio (los militares) estaban bien agresivos, diciendo que éramos unos malandros, unos revoltosos”, agregó.

“Para mí el Ejército participó, fue cómplice activo, no pudo hacerlo sólo un grupo, por supuesto que el Ejército participó”, acotó.

Apuntó que el Ejército tiene todo un historial de desapariciones en el estado de Guerrero.

En cuanto a la Policía Federal refirió que “ahí estuvo” (en Iguala), con una “participación activa”; “sabían todo” y había patrullas de la PF recorriendo el municipio en las horas de las desapariciones.

“Imagínense si nos tragamos la verdad histórica”

La aparición de un fragmento óseo del normalista Christian Alfonso Rodríguez Telumbre, en un lugar diferente al río San Juan y al basurero de Cocula, así como la difusión de un video donde Tomás Zerón, ex director de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), amenaza de muerte a uno de los detenidos, han revivido este caso que en el sexenio anterior se pretendió dar por “superado”.

“Imagínense si nosotros, las familias, nos hubiéramos tragado la verdad histórica. No pudimos creernos esa verdad oficial, construida con mentiras y manipulada por Tomás Zerón y Murillo Karam“, refirió Omar García.

El ex normalista descartó la versión de que los 43 hubieran sido confundidos con miembros de un grupo criminal y por eso el nivel del ataque en su contra.

“Ayotzinapa no es una común y corriente, es una organización juvenil de izquierda, esto no ha gustado mucho al gobierno, cada vez que actuamos el gobierno nos echa a la policía”, anotó.

“Sabían quiénes éramos… ya nos traían ganas desde hacía tiempo… y dijeron: ahora es cuándo darnos un escarmiento”, consideró.

Respecto a la hipótesis de que los autobuses transportaban droga, comentó que “puede que haya sido de esa manera, probablemente estábamos tomando un autobús que tenía droga, sin saberlo”.

Sobre el ex jefe de la AIC, Tomás Zerón, refirió que “se dio a la fuga porque sabe lo que hizo, era un ex alto funcionario federal que participó en tortura en las investigaciones”.

Y sostuvo que “Zerón tiene que ir a la cárcel pero también Murillo Karam, de quien no se ha dicho nada”, además de que pidió “investigar a todos aquellos que manipularon la investigación hecha hasta el momento“, en referencia a la que realizó la PGR en el sexenio de Enrique Peña Nieto.

La Fiscalía General de la República aseguró recientemente que ya “se cayó” la verdad histórica del caso Ayotzinapa, que establecía que los estudiantes habían sido desaparecidos por un grupo criminal en complicidad con la policía de Iguala, pero no establecía ninguna otra responsabilidad.