En el día en que la tradición dicta que las almas de los que ya no están vienen de visita, sus familiares los reciben con un gran festejo

Andrea Hernández/ Morelia en Línea

Morelia, Michoacán.- El dolor de perder a un ser querido se transforma en alegría al pensar que una vez al año, cada 2 de noviembre, su alma regresa al reencuentro con los placeres que disfrutaba en vida.

La tradición dicta que las almas vuelven del más allá guiadas por las luces de las velas y el olor del copal, para disfrutar de los platillos y bebidas colocados amorosamente en los altares. Pero sobre todo, vuelven a visitar a sus seres queridos en vida.

Motivados por esa idea de reencuentro, integrantes de la familia Gallardo Rosiles viajan desde diferentes puntos de l país para congregarse en torno a la última morada de algunos de de integrantes en el panteón Jardines del Tiempo, en Morelia, donde honran la tradición pasando la noche del 1 de noviembre en vela”.

“Aquí tenemos a mis abuelos y una tía, nos apegados apegamos a la tradición y velamos en la noche esperando a la familia”, comparte Karla Ponce Gallardo.

La comida y la bebida no hacen falta, pero lo vital son los buenos recuerdos y la remembranza de lo vivido en vida de quienes hoy no están. Pero el esfuerzo y decoración de la familia rompe la intimidad de la misma, pues decenas de curiosos y personas que visitan el camposanto se acercan en busca de una foto.

Son largas las horas de trabajo, pero también de convivencia, esa que se retomó este año tras dos años de pandemia en los que la familia Gallardo Rosiles -igual que miles más- suspendieron sus tradiciones a causa de la pandemia.

“Si no extrañamos, pero este año regresamos con más ganas…llegamos el 1 de noviembre a las 8 de la mañana a decorar y limpiar y hoy nos vamos a las 6…es agradable que la gente se acerque a ver lo que como familia logramos”, comparte.