Ivan Villanueva/Contraluz
Irimbo, Michoacán.- En medio de un profundo ambiente de duelo y reclamo de justicia, familiares, amigos y habitantes de la comunidad de Loma de Chupio, en Irimbo dieron este viernes el último adiós a Silverio Villegas González, el joven michoacano que murió el pasado 12 de septiembre durante un operativo del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) en Chicago, Illinois.
Los restos de Silverio, de 23 años, llegaron por la tarde a su pueblo natal, donde fueron recibidos con flores, rezos y un silencio respetuoso. Vecinos salieron a las calles para acompañar a la familia en el trayecto hacia su hogar, donde se realizó un velorio íntimo antes de la misa de cuerpo presente.

La ceremonia religiosa se llevó a cabo en la Parroquia de San Mateo, donde el párroco pidió por el eterno descanso del joven y exhortó a que su muerte no quede impune. Durante la homilía, recordó que Silverio partió a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades y lamentó que su vida terminara de manera violenta.
Tras la misa, un cortejo fúnebre recorrió las calles del pueblo hasta el Panteón La Soledad, donde fue sepultado entre cantos, oraciones y consignas de “¡Justicia para Silverio!”. Autoridades estatales y municipales acompañaron a la familia y reiteraron que el gobierno mexicano exigirá a Estados Unidos una investigación exhaustiva para esclarecer los hechos.
La versión oficial del ICE señala que el migrante fue abatido después de que presuntamente intentara huir en su vehículo y arrastrara a un agente, mientras que la familia y organizaciones defensoras de migrantes piden que se revisen videos y testimonios que podrían contradecir esa narrativa.
Con el entierro de Silverio Villegas, la comunidad de Irimbo no solo despidió a un hijo, sino que también levantó la voz para exigir justicia y garantías para los miles de michoacanos que, como él, buscan en Estados Unidos una vida mejor.