Y si soy hombre, ¿Puedo ser feminista?
Y si soy hombre, ¿Puedo ser feminista?
Por Diana Guzmán
Pero para empezar… ¿Qué es, y qué plantea principalmente el feminismo?
El feminismo en su historia, que se originó durante el renacimiento en Europa y hasta nuestra nueva edad, ha evolucionado según las necesidades de las mujeres en distintas épocas, fragmentándose en una serie de ideas, privaciones sociales y evolución tecnológica respectivas.
Ha surgido por desigualdades laborales, políticas, sociales y globales. El feminismo hasta la actualidad busca, en esencia, erradicar las disparidades patriarcales que afectan en el desarrollo íntegro de las mujeres y obtener los mismos derechos y oportunidades tanto como puedan llegar a ser los de los hombres.
Lamentablemente los sistemas humanos, han sido coronados desde el inicio por el género masculino y han restringido a la mujer de liderar y proponer, desembocando en un sistema patriarcal plagado de distinciones absurdas de género siendo siempre éstas a favor de los hombres.
Las mujeres nunca han tenido las mismas brechas de crecimiento, se han creado roles específicos según el género permaneciendo durante cientos de años. Esto desde las esferas más íntimas con los roles familiares, de expresión, estereotipos estéticos y de conducta, hasta las públicas que corresponden a lo político, legal y laboral; vulnerando la identidad y el desarrollo de las mujeres en el mundo, muchas de esas ideas plasmadas a partir de las dogmas religiosos e ideológicos.
Una de los más grandes riesgos del feminismo actual (y en las que muchos grupos feministas actúan) son las posturas demasiado radicalizadas e inviables que se alejan de los movimientos populares y que son la principal razón de existir del feminismo como lo ha sido la idea de que el movimiento debe excluir a los varones de los círculos de protesta y de la ideología en general. Y ojo, las revoluciones sociales siempre han sido plasmadas de diferentes formas y mensajes según la necesidad de la época; en cómo se lleve a cabo la lucha no juzga mi criterio.
Una pequeña historia
El sábado pasado por la noche platicaba en un bar con una chica que se autodenomina feminista, me invitaba a salir con ella a una fiesta en ese mismo lugar que se ha planeado con motivo del día internacional de la mujer celebrado el 8 de marzo. Este evento consiste en bailar música urbana sin hombres, es decir, me invitaba a un lugar únicamente para mujeres, a lo que pensé, ¿por qué una celebración con tintes sexistas se autodenomina feminista? ¿Realmente tiene sentido excluir a los hombres?
Tras pensarlo un poco, le conté mi cuestión de por qué solo deberían asistir mujeres (ya que personalmente no creo que el feminismo debería excluir a los hombres) a un evento planeado por motivo de celebración de un día de talla internacional.
Le pregunté si ella creía que una persona identificada como hombre puede apoyar el feminismo y se dedicó entonces a intentar argumentar que es exclusivo de mujeres y para mujeres únicamente y que por el simple hecho de ser hombre no puedes ser feminista.
La consistencia con la que lo afirmaba, me hacía pensar pues, si eso era tan solo un poco cierto; de ser así, la esencia misma de un movimiento en el que he creído y apoyado desde hace tiempo, terminaría sin tener mucho sentido para mí. La única tesis que me convencía de lo que ella decía, era el evidente nivel de violencia que recibimos como mujeres en este país.
-El feminismo es un espacio para mujeres- insistía. “Soy abogada y he visto demasiados casos de mujeres que se sienten inseguras estando rodeadas de hombres, en las marchas por ejemplo, deben participar únicamente mujeres”, dijo.
No coincidimos en la forma de pensar y al final, sólo nos tomamos la mano y la estrechamos con respeto, aceptando que ambas formas de ver el feminismo son válidas en un país como este, en donde mueren cerca de once mujeres a manos de un feminicida. Sí, la mujer en México está profundamente herida e insegura. Antes que feminista, soy mujer y lo único que me queda es ser sorora. Pero creo que podríamos hacer algo para movernos del miedo, a intentar sanar la desigualdad de raíz, no con más discriminación. Ta vez algunas preguntas nos puedan hacer reflexionar.
¿Será que el feminismo en nuestros días se ha dedicado a odiar, apartar, o descalificar al género masculino sin razón?, o ¿será que los grupos feministas son un refugio de los peligros actuales que existen tras la ola de feminicidios y por lo tanto excluyen a los hombres?
¿Negar que un hombre puede llegar a creer que el feminismo es la vía para la eliminación de roles y desigualdades de género, hará que este no apoye la causa?, ¿todos los hombres son asesinos, violadores y machistas?
Si hay un alto porcentaje de hombres machistas, misóginos y acosadores, ¿cómo deberíamos educar a los futuros hombres?
O mejor aún, ¿qué mecanismos podríamos usar para cambiar la violencia que está sucediendo en México sin necesidad de restringir el acceso físico a los hombres de participar en marchas, protestas y tomar o dar talleres feministas?
Sólo queda recordar que el feminismo es y ha sido un asunto de dignidad humana y no de hombres contra mujeres o de mujeres para mujeres mismas. Creo que los hombres que apoyen el feminismo, en activo; asumiendo sus privilegios y decidiendo renunciar a ellos día a día, sin duda son feministas.