Felipe Calderón y gobernador habrían ocultado el asesinato y violación de una mujer indígena
Pinome Xoxome” (los vestidos de verde) fueron las últimas dos palabras en náhuatl, que Ernestina Ascencio Rosario, pronunció antes de perder el conocimiento y para referirse a los soldados del Ejército, como se les llama en la sierra de Zongolica, un recóndito lugar, ubicado en la zona centro del estado de Veracruz.
La desgarradora historia de esta mujer indígena se suscitó la noche del 25 de febrero de 2007, cuando su familia la halló gravemente lesionada a 300 metros de un campamento que colocaron los “Pinome Xoxome” una noche anterior para supuestamente realizar operativos de vigilancia.
La noche del 24 de febrero de ese año, los militares instalaron un campamento en la comunidad de Tetlatzinga del municipio de Soledad Atzompa. Aún no iniciaba el programa “México Seguro”, pero los militares ya patrullaban las zonas indígenas de esa entidad. Eran acusados de cometer abusos contra mujeres y niñas en la Huasteca.
La originaria de Tetlatzingo, municipio de Soledad Atzompa, Veracruz, fue trasladada de urgencia en medio de la sierra de Zongolica y por “múltiples desgarros”. Pasaron al menos seis horas para poder llegar al Hospital Regional de Río Blanco, y pese al esfuerzo, la mujer de 73 años falleció en la madrugada del 26 de febrero.
Uno de los testimonios plasmados en el expediente que entregó la Procuraduría del Estado y que incluye declaraciones de los primeros testigos con datos protegidos reveló:
“La anciana estaba tirada de su lado derecho, tenía sus manos juntas metidas en sus piernas, su ropa levantada, sus huaraches de color negro estaban tirados como a metro y medio”.
La declaración dice: “Que cuando la levantó le dieron agua y que empezó a decir que la habían asustado los soldados, que la amarraron y se le pusieron encima, que llevaban en el pecho unos clavos, que cree que eran cartuchos, que no dijo cuántos eran porque la señora ya esta grande y que le quebraron la cintura”.
A 13 años de esa tragedia, el caso sigue impune. El médico legista, Juan Pablo Mendizábal, entrevistado por el medio Pie de página, aseguró que el gobierno del ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, quien estuvo al frente del país de 2006 a 2012 y el ex gobernador de Veracruz, Fidel Herrera, acordaron modificar la versión de los peritos.
Además de que recalcó que la mujer indígena la violaron y por ello, no cambiaría nunca el dictamen pericial que él le hizo a ella.
“Por honestidad, por justicia, no lo cambiaría. Ernestina fue agredida sexualmente. Por todos los indicios que se encontraron, por todos los hallazgos físicos, los desgarres, el antígeno prostático encontrado en el recto y la vagina es exclusivo de los hombres. Todas esas cosas en conjunto fueron determinantes para estar completamente seguros de la agresión sexual de la señora Ernestina”.
El perito encargado de la necropsia de Ascencio Rosario reveló que ella fue violada por tres sujetos.
“Es el resultado de cromosomas de al menos tres personas. Pero hubo un acuerdo entre los gobiernos federal y estatal. Y Fidel Herrera les dijo que al gobierno del estado no le convenía tener en contra al presidente de la República y que por eso se tenía que cambiar el dictamen”, expresó.
Asimismo, detalló que al principio Fidel Herrera les obligaba a defender los dictámenes. Después, con Felipe Calderón y los titulares de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y la Comisión Estatal de Derechos Humanos, en reuniones en Xalapa y Ciudad de México, acordaron sostener que Ernestina falleció a causa de anemia.
El perito denunció que fue obligado a cambiar las evidencias y el dictamen.
Luego vinieron las consecuencia de seguir su ética, pues al negarse, dos años antes de salir jubilado lo cesaron de su trabajo diciendo que “reprobó los exámenes de confiabilidad”.
Ante la violación a sus derechos, acudió al Tribunal de Contencioso Administrativo y ganó el laudo, pero el gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares se amparó para no reinstalarlo en su fuente laboral. Hoy sigue con ese problema.