Doña María se levantó antes del amanecer. A sus 67 años, la artritis le dificulta moverse rápidamente, pero tenía una cita médica importante en Ciudad Salud, la zona de hospitales en Morelia. Su rutina matutina fue más apresurada de lo normal; necesitaba tiempo suficiente para enfrentar el desafío del transporte público.

Su trayecto comenzó con un camión desde un complejo habitacional en la periferia de Morelia. La primera unidad estaba atestada y en mal estado, con los asientos desgastados.

Apretujada entre otros pasajeros, María se aferró a su bolso y esperó pacientemente que le cedieran un lugar. El conductor, ignorando los baches y peleando pasaje, aceleraba y frenaba bruscamente, haciéndoles tambalear.

Al llegar al centro, tuvo que cambiar a otro camión que la llevaría a Ciudad Salud. Esta segunda unidad no estaba en mejor condición. El cinturón de seguridad del chofer brillaba por su ausencia, las ventanas no abrían. María observó resignada las numerosas fisuras en el parabrisas y señala el letrero “Hospitales”, una de las rutas que transportan a ese lugar.

El camino continuaba, las puertas chirriaban, algunos otros asientos estaban sueltos y el motor parecía a punto de colapsar entre un par de pesadas pendientes bien conocidas rumbo al recinto ferial.

El Peligro de Todos los Días

El recorrido de María no es excepcional; miles de personas enfrentan diariamente condiciones similares. Los accidentes recientes subrayan los riesgos. El 12 de julio de 2024, un autobús de pasajeros chocó y volcó en la carretera Morelia-Ciudad Salud, resultando en la muerte de dos personas y múltiples heridos. Este tipo de tragedias se ha vuelto común, evidenciando la falta de mantenimiento de las unidades de transporte.

El pasado 16 de junio de 2023, otro incidente en la avenida Juan Pablo II dejó dos muertos y varios heridos. Un camión de transporte público, aparentemente sin frenos, colisionó con varios vehículos antes de detenerse abruptamente. Estos eventos son un recordatorio constante del peligro latente que enfrentan los usuarios.

Antes de ingresar al hospital Doña María sonríe y acepta que no podía dejar de pensar en el regreso a casa. Sabía que el viaje de vuelta sería igual de arduo y peligroso. En una ciudad donde la salud y la seguridad de sus habitantes deberían ser una prioridad, el estado del transporte público sigue siendo una asignatura pendiente.